Chamán

 

La voz chamán llega hasta nosotros del ruso, del vocablo shaman utilizado por la tribu Tungus, nativa de Siberia. Según explica el antropólogo, estudioso de las religiones comparadas, Mircea Eliade en su obra Le Chamanisme et les Techniques Archaiques de l´Extase, es preciso acotar la utilización de este término para no caer en equívocos, confundiéndolo con aquellos otros miembros de sociedades primitivas dotados de una autoridad en materia mágico-religiosa.

A diferencia de los magos, hechiceros y el medicine-man, el chamán “utiliza un método de su exclusiva pertenencia” dice Eliade. Es por esto que resulta necesario distinguir su práctica de la del resto. La técnica del éxtasis del chamán, consiste en viajar a otros planos, en un estado ampliado de conciencia, también llamado estado chamánico de conciencia. Si bien no es el único de una tradición de individuos que alteran su estado de conciencia, el chamán está en dominio de sí cuando se transporta fuera del espacio y el tiempo. Es por esta interacción con el mundo espiritual, que puede traer información al plano de la conciencia ordinaria.



Mientras los médium facilitan su cuerpo para hospedar entidades espirituales que tomarán el control, durante el tiempo que dure el trance, el chamán viaja hacia el encuentro de los espíritus, allí donde estos habitan, en total dominio de sí mismo. En tanto al médium no le es dado interactuar ni interpretar la información, sino tan sólo canalizarla, regresa de su estado extático sin memoria de lo sucedido. El chamán, por el contrario, viaja inducido por el golpe rítmico de un tambor o transportado por plantas maestras a los mundos superiores o inferiores y en algunas ocasiones al mundo del medio. En cada una de estas realidades, cuenta con la guía de sus maestros y ayudadores, y de su o sus animales de poder. Por esta misma capacidad, el chamán tiene como misión además el asistir a los espíritus de los difuntos en su transición. Esta es su cualidad de psicopompo, es decir, de conexión con el mundo de los muertos. Así también el chamán no sólo recupera conocimientos desde lo que Carlos Castaneda (2) identificó como realidades no ordinarias, sino que tiene el poder de interpretación simbólica de la información que transmite.

La misma distinción puede realizarse entre el chamán y el hechicero o entre éste y el curandero o medicine-man. Aún cuando el chamán tiene la capacidad de curar, lo hace con prácticas que le son propias. En cuanto a los hechiceros, si bien un chamán puede asumir el lugar de un hechicero, no ocurre a la inversa, puesto que el hechicero cumple una función similar a la del sacerdote dentro del grupo y su desempeño está limitado a la realidad ordinaria mediante ritos, sacrificios u ofrendas, liturgias y oraciones que honran a los espíritus.

Entonces, ¿quiénes se convierten en chamán? En potencia, cualquier individuo puede tener revelaciones espirituales de orden no ordinario o superior, siempre y cuando conozca la técnica que hace posible este pasaje y la interacción. Una vez en contacto, los guías espirituales serán sus maestros, por lo que no requerirá de otros en la realidad ordinaria. Sin embargo, la validación del status de chamán es otorgada por los miembros de la comunidad y nunca por autoproclamación.
Michael Harner Mircea Eliade Carlos Castaneda La Función del Chamán