Chamanismo Transcultural

 

Las primeras manifestaciones del chamanismo transcultural o neochamanismo, a diferencia de los orígenes precisos del chamanismo cultural arcaico, son fáciles de reconocer en la línea de tiempo de la historia reciente. No es necesario imaginar escenas prehistóricas sino apenas mirar a nuestro alrededor para entender cómo era el mundo cuando las prácticas chamánicas comenzaron a resurgir de sus refugios, custodiadas por el espíritu comunitario de grupos nativos dispersos.

Hablar de transculturación de los conocimientos chamánicos es, sin duda, mencionar el trabajo del antropólogo norteamericano Michael Harner. Su aporte trascendental fue el de haber logrado, no sólo la descripción y traducción de las enseñanzas de los chamanes sobrevivientes, sino su sistematización, accesible en un esquema de prácticas, organizadas en un método al alcance de los habitantes de las ciudades. Harner escribió en su libro La senda del chamán: “He adaptado los métodos de manera que los lectores occidentales, cualesquiera que sean sus creencias religiosas o sus preferencias filosóficas, puedan usar estas técnicas en la vida diaria".

Otro acontecimiento que tuvo una impactante repercusión internacional y que se convirtió en un auténtico fenómeno cultural, fue la edición, en 1969, de la tesis doctoral de Carlos Castaneda, publicada por la misma universidad (UCLA) en donde cursara sus estudios de antropología. Las enseñanzas de don Juan, fue el primero de una serie de libros en los que describió sus experiencias con su maestro, don Juan Matus, y que generaron un enorme interés por el chamanismo a nivel mundial.